La entrada en vigor de la Ley de Vivienda en febrero de 2022 ha tenido un impacto significativo en el mercado del alquiler en España. La ley ha introducido una serie de medidas que han encarecido el alquiler de temporada y han dificultado el acceso al alquiler permanente.
Una de las principales medidas de la ley es la limitación de los precios del alquiler de vivienda habitual. Esta medida ha provocado que muchos propietarios opten por alquilar sus viviendas de forma turística, ya que los precios están exentos de regulación.
Además, la ley ha introducido una serie de requisitos para los contratos de alquiler de vivienda habitual, como la obligación de incluir una cláusula de revisión anual del precio del alquiler. Estos requisitos han dificultado la firma de nuevos contratos de alquiler, especialmente para los inquilinos con rentas bajas.